Fotografías coloreadas a mano
El Museo adquirió recientemente una colección de fotografías vernáculas coloreadas a mano, un tipo de práctica que ganó en popularidad entre principios y mediados del siglo XX en Estados Unidos. La práctica adoptó diversas formas, como las postales francesas, los retratos en cabinas fotográficas y las fotografías familiares cotidianas. Estuvo en boga para la clase media entre 1915 y 1925, época en la que los retratos fotográficos podían entregarse como obsequios personales para las fiestas y los cumpleaños. En la mayoría de las grandes ciudades no había estudios fotográficos; por el contrario, los fotógrafos itinerantes viajaban con su equipo. Las fotografías podían colorearse a mano por un precio adicional, un servicio que solía considerarse trabajo de mujeres.
Los avances tecnológicos, así como la mayor accesibilidad de las cámaras portátiles para los consumidores de a pie, cambió la relación de la sociedad con la fotografía y anunció una época de fotografía amateur que se distinguiría estéticamente de los retratos de estudio. En 1900, Kodak lanzó una de sus líneas de cámaras más exitosa, la Eastman Kodak Brownie, que gozó de gran popularidad entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Las imágenes de las décadas de 1920 y principios de 1930 demuestran una nueva sensación de libertad, ya que el fotógrafo podía tomar fotografías instantáneas, informales y espontáneas. La Dra. Sarah Kennel observa “un deseo de explorar y expresar intimidad física, ya sea en parejas del mismo sexo o del sexo opuesto”.
Con la llegada del kit de Inigualables acuarelas transparentes japonesas fáciles de usar en 1902, los aficionados tuvieron la oportunidad de colorear sus propias fotografías en casa. El kit incluía un manual de instrucciones, un pincel y una serie de páginas, sobre las que venían prensados distintos tonos de color que podían disolverse en agua para crear pintura. La compañía Eastman-Kodak comercializó un kit similar en 1914, llamado Estampas de acuarela transparente Velox. Aunque la Kodachrome —una película en color— se introdujo en 1936, los kits para colorear a mano continuaban siendo una opción accesible para colorear imágenes; la popularidad de esta técnica alcanzó su punto de mayor popularidad antes de la década de 1960. Los resultados parecen ser muy personales y emotivos. Varios ejemplares presentan campos de color plano sobre segmentos seleccionados de una fotografía: una estética que recuerda al proceso de pintura y tinta serigráfica de Andy Warhol.